Ocho siglos después de su construcción, han sido reduscubiertos y se muestran al público en convivencia con la ingeniería más actual.
De la mano de la tecnología podremos descubrir cómo era el albarcón y su entorno en el siglo XIII, gracias a la recreación virtual que se proyecta en el el vestíbulo de la estación.
A través de un tótem táctil se pone a disposición del visitante información sobre el Alcazar Genil, su historia, su papel en la confirmación del territorio y su doble función como almunia real explotación agrícola.
Cuando le sorprendió el cáncer, Jiménez Torrecillas estaba trabajando en la que será la primera estación del metro de Granada, en Alcázar Genil. Como hizo por dentro y por fuera —diseñando interiores y cuajando intervenciones urbanas—, la estación tiende, de nuevo, un puente entre los restos arqueológicos de una alberca almohade del siglo XIII —que debieron esquivar— y la futura movilidad de su ciudad.
Con su prematuro fallecimiento, la provincia se queda sin una de las figuras culturales más relevantes de los últimos años.
D.Francisco Garzon, ingeniero, nos explica como se realizó este gran proyecto.
Que su tamaño original, de 128 metros de largo por 27 de ancho, lo convierte en el de mayores dimensiones de Granada y uno de lo mas importantes de al-Andalus.
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